¿Cómo decorar tu casa con estilo minimalista?

El estilo minimalista surge en los años 60 como respuesta al estilo pop tan en boga en aquella época. ¿El credo del estilo minimalista? Less is more, que se puede traducir en español como 'menos es más'. El minimalismo se opone a la exuberancia del estilo pop y apuesta por una vuelta a lo esencial, a la sencillez. Un interior minimalista es un interior sobrio y depurado en el que no hay lugar para lo superfluo. ¿Te convence el estilo minimalista? Vente-unique.es te propone 3 truquillos que te ayudarán a adoptar este estilo en tu casa.

 

Un interior sobrio y sin florituras... ¡Eso es el estilo minimalista! La primera etapa para hacerse con él es liberar el espacio. No debe quedar nada a la vista que moleste, que estorbe. Conserva solo lo esencial. La decoración también debe ser minimalista. No conviene sobrecargar las estanterías de objetos decorativos. Concéntrate siempre en ganar espacio. ¿Te cuesta mucho decidir con qué quedarte y de qué deshacerte? Pregúntate si cada objeto es esencial para ti o no, ya que el estilo minimalista apuesta por el lado práctico de las cosas. Si aun así te duele separarte de algunos de tus objetos más preciados, apuesta por compartimentos cerrados y discretos como aquellos que van integrados, por ejemplo, en una mesa de centro o en un puf. En el dormitorio, opta por camas con cajones o arcones y canapés abatibles para ganar espacio.

 

Los muebles que representan el estilo minimalista son muy similares al estilo design: formas geométricas bien marcadas y líneas depuradas. Este tipo de muebles ayudan a estructurar la pieza y aportan claridad y sensación de espacio. El objetivo de este tipo de diseños es que los muebles sean lo más discretos posibles y se fundan con la decoración. A la hora de elegir los colores, las reglas son simples: evita los colores demasiado vivos, los motivos y los estampados y elige colores neutros como el gris, el gris arenoso, el blanco o el negro. Los colores claros crean una atmósfera más ligera y delicada, mientras que los colores oscuros aportan profundidad y carácter. Combínalos buscando el equilibrio perfecto que te ayude a crear una atmósfera llena de harmonía. Por ejemplo, un sofá negro quedará de maravilla con una mesa de centro blanca. Si quieres aportar una nota de contraste, puedes aportar un toque de color con los complementos decorativos.
 

En el estilo minimalista, el material se reduce a su mínima expresión para que los muebles sean los más discretos posibles. El cristal es ideal ya que permite jugar con las transparencias. Una mesa de centro de cristal templado, por ejemplo, creará un efecto casi mágico en tu salón. Y, si quieres aportar un toque de elegancia, siempre puedes optar por materiales brutos y completar tu decoración con, por ejemplo, un espejo de metal.