¿Cómo elegir el color de tu sofá?

El sofá es el elemento decorativo central de tu salón. Su estilo determinará en gran medida el ambiente general y, tratándose de un mueble tan indispensable para la vida diaria, conviene no equivocarse a la hora de elegirlo. Pero, ¿cómo se elige el color de un sofá? A continuación, encontrarás una breve presentación de las distintas opciones. 

Un sofá de color blanco es probablemente una de las soluciones más elegantes que puedas elegir. Este modelo particularmente estético tiene además la gran ventaja de aportar luz y serenidad a tu salón. Por el contrario, debido a razones bastante obvias, el blanco es el color más temido por todos los padres con hijos pequeños y los dueños de animales de compañía. Más vale prevenir eligiendo un sofá desenfundable, que te permitirá realizar una limpieza en profundidad cuando lo consideres necesario. Aparte del blanco puro, muchos se dejan tentar por derivados algo más suaves. El sofá de color lino también luce un tono claro, pero más tamizado. ¡Ideal para interiores escandinavos! 

El gris es mucho más sufrido que el blanco, y lo suficientemente neutro como para adaptarse a la mayoría de las decoraciones de interiores. Tanto si prefieres una decoración de estilo nórdico como un ambiente rústico o un interior claramente contemporáneo, un sofá gris cumplirá su cometido sin llamar excesivamente la atención. Sin embargo, esta ventaja también puede volverse un inconveniente: si buscas originalidad e inspiración, probablemente no tardes en encontrarlo demasiado... ¡aburrido! Si el gris convencional no termina de convencerte, prueba con los nuevos tonos de moda, especialmente el sofá color topo. El azul oscuro también puede ser una buena alternativa al gris, ya que aportará más color a tu salón sin renunciar a ese espíritu neutro y discreto. 

El negro y los tonos muy oscuros gozan de una gran aceptación, y es fácil comprender por qué. Estos sofás tienen la ventaja de ser particularmente sobrios y elegantes, sobre todo si son de un tejido grueso o de piel. No se manchan fácilmente y aportarán a tu salón un agradable toque de distinción y serenidad. Eso sí, no olvides que un sofá negro tiende a ensombrecer el ambiente, por lo que conviene instalarlo únicamente en lugares que disfruten de una buena luminosidad. El lado austero de este mueble se puede compensar acompañándolo de cojines o mantas multicolores, que invitarán a la relajación y aportarán algo de color a la decoración. 

¿Quién no ha sentido alguna vez un deseo irreprimible de romper con todos los códigos? Un sofá de color, sobre todo en sus variantes más intensas y llamativas, es una forma excelente de dotar a tu salón de una fuerte personalidad. El rojo escarlata, el amarillo canario o el verde manzana son opciones seguramente poco convencionales, pero que pueden resultar un éxito si te tomas la molestia de conjuntarlas con el resto de tu decoración (cortinas, cojines, etc.). Un consejo: deja las paredes completamente blancas para mantener un cierto equilibrio. Tampoco olvides que el espíritu y la fuerte personalidad de un sofá de color pueden llegar a cansar con el paso del tiempo. Es muy importante que madures bien tu decisión antes de dejarte tentar.